Los Andes venezolanos son parte importante de la cordillera más larga del planeta, que hace de columna vertebral de Sudamérica. ¿En qué radica su importancia, si no posee las montañas más altas ni fue aposento de las culturas prehispánicas más preponderantes?
Los Andes venezolanos conforman, junto a Colombia y Ecuador, una región ecológica exclusiva: Los Andes del Norte.
La cantidad y variedad de especies animales y vegetales allí contenida, es una de las más altas del mundo. De hecho, los tres países que forman los Andes del Norte, son megadiversos y pertenecen al exclusivo grupo de 17 países que contienen más del 70% de la diversidad biológica de un planeta formado por 198 países.
Nuestras montañas andinas, al ubicarse en pleno trópico, al Norte de la línea ecuatorial, reflejan unas características ecológicas y culturales muy particulares, que resultan idóneas para la práctica del turismo con valor social y ambiental.
Nuestras montañas son mansas. Aún cuando se levantaron como todos los Andes, hace 60 millones de años, a final del Eoceno, su relieve se muestra asequible y su clima es bondadoso. Por eso, está surcado de numerosos caminos ancestrales, de origen indígena, que los españoles aprovecharon durante la conquista y colonización. Muchos de esos caminos estaban tan bien trazados, que la modernidad los fue transformando en importantes carreteras.
Los Andes venezolanos son los que mejores vías de penetración presentan en todo el continente sudamericano.
No es de extrañar, entonces, que el Turismo de base comunitaria se manifieste en los Andes bajo la figura de grandes redes de rutas donde los moradores autóctonos facilitan los servicios de alojamiento, alimentación, guiatura local (baquía) y transporte equino. Muchas de esas rutas son de origen indígena. Y fueron “Caminos reales”. Hoy, dentro y fuera de los parques nacionales más emblemáticos del país, esas rutas han sido recuperadas y la figura legendaria del baquiano las recorre de nuevo, guiando pequeños grupos de turistas hacia una auténtica y variada vivencia cultural, nutrida por los escenarios naturales que adornan las zonas de vida y los ecosistemas más diversos, desde las selvas húmedas tropicales y las densas selvas nubladas, hasta los páramos húmedos y desérticos hasta las zonas nivales, donde el hielo y la nieve reinaron hace 12mil años.
Los Andes venezolanos representan el mejor escenario para conquistar la cordillera más larga del planeta. Ningún otro país ofrece las mejores facilidades para atravesar la cordillera en cualquier sentido, desde o hasta las llanuras. Ningún otra región de montaña ofrece tantas excursiones, paseos y travesías al turista que desea apoyar la calidad de vida de las comunidades locales y la conservación de aquel paisaje y aquellos recursos, patrimonio de todos.
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