Camino Real de La Culata,
Mérida, Venezuela
Explora el singular ecosistema del trópico frío en los Andes venezolanos!
Programa día a día:
día 1
día 2
día 3
Mérida - El Banco
En medio de sembradíos y muros de piedra cruzamos el límite de la franja cultivada para internarnos en el páramo El Banco, a unos 3.750 m de altitud, donde se encuentra el Refugio Ecológico “Mesita Redonda”. Justo al límite superior de la agricultura y muy cerca del Parque Nacional Sierra La Culata. Luego de almorzar se inicia un circuito corto a la Laguna de Los Patos, recorrido que nos permite acceder hasta el piso altiandino y donde disfrutaremos el modelado que produjeron los glaciares en los paisajes. El Descenso tendrá hermosas vistas del Valle del banco. Alojamiento en El Refugio Ecológico Mesita Redonda.
Páramo de Piedras Blancas.
Partiendo de la comunidad agrícola del Banco, atravesamos la zona de cultivos. Por encima de los 3.700 m, el páramo adquiere su aspecto natural con arbustales siempreverdes mezclados con rosetas de Espeletia, los frailejones, coloridos de amarillo durante su época de floración, en octubre. Hacia los 4.000 m, el paisaje paramero cambia de aspecto, apareciendo ahora los primeros frailejones gigantes (Espeletia timotensis), que pueden sobrepasar los 2,50 m de altura. Dos lagunas, características de la Sierra de La Culata, forman parte del recorrido: La Carbonera y La Amarilla, dando al paisaje desértico, rocoso y con neblina, un aspecto aún más misterioso. En el Alto de La Cruz estamos a 4.390 m, una de las mayores alturas a la que se llega por un sendero en estos parajes. Acampada en el Llano de Barro Negro, en la base del Pan de Azúcar, una de las montañas más elevadas de la Sierra de La Culata. Si el tiempo lo permite, existe la posibilidad de coronar el pico Pan de Azúcar (4.600 m)
Pan de Azúcar – La Culata - Mérida
De aquí en adelante, se desciende por la cuenca alta del río Mucujún, en medio de nacientes de agua, ciénagas, frescas cascadas y pequeñas lagunas que tapizan amplios valles de origen glaciar. Poco a poco, cambia el paisaje y van apareciendo los primeros bosques de coloraditos, singulares árboles de caprichosas formas, adaptados a las condiciones extremas del páramo. Vestigios de asentamientos humanos también marcan el camino. Llegada al Valle de la Culata. Traslado hasta la ciudad de Mérida.